Doctores de la tierra en Carmona

La próxima vez que se encuentren mirando hacia el puente romano debajo del rincón izquierdo del balcón del bar del Hotel Parador de Carmona, será difícil creer que antes verán  “El Arrecife Viejo” ,  una finca dedicada a experimentaciones naturales y medio ambientales de una joven pareja que llamo los “doctores de la tierra».

Antes se creía que el Arrecife Viejo  – que no se puede apreciar desde el balcón – hacía referencia a un arrecife formado por el mar en los viejos tiempos.

Hoy se sabe que viene del árabe (Al-rasif) que quería decir EL CAMINO REAL en referencia al camino romano, la vía Augusta hacia al este, Roma, a lo largo de este camino y que bajaba al puente Romano.

 

 

 

Desde este balcón vemos que el Arcor cambia de dirección transformándose en “las terrazas del Guadalquivir” por descender lentamente hacia el río Gualdalquivir, también conocida como “la campiña” de Carmona.

En nuestra conversación sobre “los árboles quien hablan” y “las abejas”, nuestro guía estudiante Pablo Ojeda Delia (ver el artículo:  http://livingincarmonaseville.com/es/2015/04/07/un-dia-perfecto-en-la-sierra-norte-de-sevilla/) me prometió enseñarme el Arrecife Viejo y a sus promotores practicando la permacultura y la perma-apicultura. Fuimos acogidos por sus cinco perros más el perro de Pablo.

Las personas que explotan el Arrecife Viejo son: Paco Rodriguez, ingeniero agrónomo asociado con otros ingenieros dedicándose a las  “buenas prácticas de producción limpia y a optimizar así sectores como la producción agrícola, producción animal y la regeneración medioambiental” como lo dice en su página web  http://ecuorum.es/ e Inés M. Otero, licenciada en Ciencias Ambientales  ocupándose entre otras cosas, de difundir las acciones del Arrecife Viejo en https://www.facebook.com/ElArrecifeViejo.

Paco dice: “Hace tres años que este terreno se recupera de los daños causados por un rebaño de 400 cabras pertenecientes a mi familia». Ver la cara sonriente y feliz de Paco es una cosa, oír sus explicaciones, es otra cosa porque tiene un don natural para dar sentido a su sorprendente discurso.

«Las pocas pero violentas lluvias arrastraban todo y nada podía crecer sobre este terreno. La primera actuación fue construir las terrazas medio ambientales con materia orgánica para enriquecer el suelo y poder mejorar los factores del ecosistema cuyo equilibrio se había visto alterado.

«Observamos simplemente las plantas que crecen en ellas, para ver cómo se comporta la tierra y ésto son los indicadores que tenemos en cuenta. Así optimizaremos nuestros futuros cultivos con plantas comestibles similares a las familias de plantas salvajes que crecen sobre ella. Es limpio y natural.

«Es la naturaleza la que nos guía, pero todo necesita su tiempo para curarse por si mismo. Ahora permíteme ir a buscar a mi mini rebaño. Este es menos del uno por ciento de lo que era antes pero, una maravillosa oportunidad para ver cómo puedo mejorar la calidad de la leche de cabra de manera natural.»

¿Se puede acelerar el proceso de curación del suelo?

«Por supuesto. Es nuestro propósito. Inoculamos lo bueno que «contamina» de manera positiva el entorno bajo un clima mediterráneo…. y el suelo se cura con más prisa.»

En la foto  se aprecia al fondo, lo que parece un arrecife. Paco sigue explicando.

«Estamos haciendo pequeñas charcas para que el agua de lluvia se almacene y enriquezca el ecosistema y que beban los animales del campo.

Aquí experimentamos para poder actuar con eficacia. ¿Sabías que hay millones de alcornoques y encimas afectados en nuestra región, en Extremadura y hasta Portugal?»

Mientras que Paco libera a su rebaño para comer en plena libertad, Pablo me lleva al final de la finca mostrándome la ubicación de las colmenas en una ladera abrupta en la cuál crece una gran higuera.

Pregunto ¿Por qué están ahí? Pablo responde: «Por cuatro razones. La primera es obvia , están lejos para que no piquen a los habitantes de la finca. La segunda es que a las abejas les gusta los lugares de poder, en este caso indicado por la higuera que crece en un cruce telúrico. La tercera es que la higuera indica también que hay agua cerca y la cuarta es su excelente orientación al sol del levante que las calientan y se sienten bien al despertarse».

…Hay cuatro colmenas: dos que existen desde la primavera pasada y dos nuevas que deben resistir hasta el año que viene. No se ha recogido ninguna para que las abejas se hagan fuertes este año. También se reemplazará el alambre de los cuadros de recogida de la miel por un material natural como es el corcho. También se modificará la forma de la base de la colmena para que las abejas construyan la colmena lo más parecido a un nido. Así,  éste nido le dará más fuerza al enjambre y más sabor a la miel.

La permapicultura o apicultura permanente tiene la esperanza de producir un cambio positivo en la apicultura y el medio ambiente. Sólo hay que estar atento, ser paciente y aceptar que lo que cuenta no es el “rendimiento” sino el proceso natural que da una mejor “calidad”. Paco e Inés me refuerzan mi pasión por las abejas.

Paco se incorpora y nos muestra los caracoles. Le pregunto por qué ellos suben por el hinojo. Comenta «también los caracoles buscan la brisa matinal. ¿Sabes algo de permacultura?».

Nada, a parte de lo que Pablo acaba de contarme sobre ella. Se algo sobre “Buo gris” o  Grey Owl (o Wa-sha-quon-asin). En Canadá durante la gran depresión,  un inglés llamado Archibald Delaney  tenía un gran don para escribir y llegar al lector. Fue el precursor del movimiento ecológico, aprendiendo técnicas ancestrales de los nativos indios y la preservación del medio ambiente.

Paco responde: «mirare quien es Grey Howl. De alguna manera pensamos que Darwin inventó la “competición” como lo aclara el título de su obra maestra “,El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida”.

Nosotros pensamos al contrario, que algo sano contaminará  al enfermo de manera positiva. Creemos, observamos y trabajamos con la simbiosis en la naturaleza, en la búsqueda del equilibrio del ecosistema.  Se puede curar a la tierra.

Como sabes, el te de manzanilla que bebemos es bueno para nosotros. Pues, lo es también para el suelo. Se puede dar té de manzanilla a la tierra y ésta te lo agradecerá. Pero el té que más conviene para regenerar la tierra (no nosotros) es el té de lombrices. Criamos las lombrices, no para pescar sino para regenerar el suelo dándole oxígeno con sus excavaciones .”

Para ser sincera todo eso me sonaba como pura ciencia ficción.

Se incorpora Inés al grupo para anunciarnos la llegada de José Enrique, el tutor de prácticas de Pablo para que se rellene la evaluación de fin de práctica.

Inés nos  invita a compartir un desayuno con el queso de sus cabras.

De paso, me muestra uno de sus últimos experimentos: papas que tiene raíces pero crecen fuera del suelo protegidas del sol por lo que parece ser un sombrero de paja.

Al llegar a la terraza de su casa me muestra las raíces y las papas que salen limpiamente “hay que cuidar que la papa no sea verde, en ese caso no es comestible porque el color verde indica que la papa tiene una  especie de “insolación”.

Me quedo boquiabierto.

Mientras rellenan los papeles, me acerco al rebaño que está comiendo con mucho gusto los arbustos de la finca: ¡qué relajadas están!

Volví una tarde para concluir el ciclo de vida diurna del rebaño con  el ordeño de una de las tres cabras (las otras alimentaban a sus cabritos).

de paso, saludamos a «Peñasco» el burro, cuya especie ha pasado de ser el medio de transporte numero uno de Andalucía a una especie en vía de extinción…

Inés explica: “para ordeñar, la cabra tiene que estar muy relajada y tranquila… lo logramos así. Todo este proceso para optimizar el buen gusto del queso gracias a una leche de muy buena calidad.”

«la única manera de que se queden quietas es darles de comer. El único complemento que usamos son lentejas para animales. Muy sano y razonablemente barato».

«Hay suficiente leche para hacer un buen queso que comeremos mañana en el desayuno!» comenta Paco.

Volvemos al momento del desayuno. Inés saca su queso fresco de cabra, la miel de azahar de Pablo Ojeda que yo ya conocía, con pan integral. Siendo forofa de queso de cabra, figúrense lo fantástico que ha podido ser este desayuno con la leche de estas cabras tan mimadas y cuidadas….!

Paco en su página web http://ecuorum.es/ explica: “Nos avala una amplia experiencia en los distintos campos de ingeniería agronómica, ingeniería química, veterinaria, medio ambiente y ecosistemas, microbiología, medicina, genética, sanidad vegetal, nutrición animal y otras disciplinas relacionadas con este campo.”

Yo conocía a uno de sus colaboradores: Enrique Peña, al que hemos visto en este blog, en un artículo relacionado con el huerto ecológico y con las plantas medicinales del olivar de Antonio Gonzalez (ver: http://livingincarmonaseville.com/es/2014/10/18/olivar-ecologico-en-carmona/ ).

Como bebida, Inés me propone un poco de Kefir de la casa “El Kefir sirve para que la leche de cabra se vuelva yogur, pero sirve también para regular nuestro transito intestinal. No va a ser un cambio drástico porque la naturaleza para encontrar su equilibrio y regenerarse se toma su tiempo.»

«de momento, estamos experimentando un nuevo cuajo natural para nuestro queso de cabra. Se trata de los pistilos de una especie de cardo que llamamos la alcachofa salvaje…

Estamos convencidos que es un buen cuajo alternativo y dará más sabor al queso… por no decir «un sabor único».

Mirando el árbol de moras que florece en frente de la terraza pregunto a Inés si cría gusanos de seda.

Con entusiasmo me muestra hilos de seda con los cuales hará pulsera. Me encantó porque sabía que muchos niños en Carmona se dedican a la cría de gusanos de seda.

me hace tocar el gusano, es suave como la seda. El gusano come la hoja, hace un capullo, sale la mariposa y ella pondrá los huevos de donde, el año siguiente, saldrán los pequeños gusanos.

en el fondo hay huevos

 

hace una crisálida y se vuelve mariposa

Inés acaba su explicación  diciendo que, una vez vacíos los capullos, se hierven las crisálidas,  se tira del principio del hilo, y se teje la seda. Así se hacía tradicionalmente.

Al final de la mañana, Inés nos hace la «foto de grupo» con Paco a mi derecha, el profesor y Pablo a mi izquierda…

Pero no es todo… comento mi atracción por las infusiones de poleo menta.

Paco me va a buscar ramos de poleo menta. «Las plantas en Andalucía son muy fuertes porque tienen que luchar contra el calor» una infusión con 2 centímetros de este ramo vale por diez infusiones.

Hace veinticinco años que bebo infusiones de poleo menta creyendo que era una mezcla de poleo con menta. Pues como guinda sobre el pastel, me fui a casa con más de dos meses de infusiones del mismo arbusto llamado poleo menta… y… con quince días de infusiones diarias.  Me encuentro ya fenomenal a pesar de una fuerte y temprana ola de calor.

En 1988 se celebró el centenario del nacimiento de Grew Owl. En  1999, Richard Attenborough hizo una película de su vida. Este verano del 2015, dieciséis años después de la película sobre Grey Owl, gracias a las redes sociales y las aplicaciones para los Smartphones y las tabletas, el mundo puede compartir su conocimiento con un enorme facilidad.
Además Paco e Inés difunden su saber gracias a las charlas que dan, a sus redes sociales, a las visitas in situ de escolares y universitarios.
Admiro las observaciones y experimentos I+D que no dejan de emprender tanto  Inés y Paco como sus colaboradores y seguidores.
Todos ellos difunden el saber adquirido para encontrar soluciones a problemas del ecosistema en un ambiente y clima mediterráneo. Escriben;  “Somos un grupo cuya misión es la de ayudar a construir una sociedad sostenible basada en la coexistencia, cooperación, información de calidad, seguridad y comprometidos por un mundo más sano, con el medio ambiente y las generaciones futuras.” (fuente http://ecuorum.es/ ).

Es muy esperanzador ver que existen jóvenes «Doctores de la tierra» en la ladera del Hotel parador de Carmona, usando la propia fuerza de la Madre Naturaleza.

Seguro que volveré al “El Arrecife Viejo”.